No vengo a venderte humo, sé que tienes fuego.
No me apetece decirte que te quieras, ni que seas tu mismo ( muchas veces ser nosotros mismos tal y como estamos, no es más que rendirnos). No voy a contarte que te alejes de las personas tóxicas. No te voy a ofrecer, un si quieres… puedes, ( hay mucha gente que ha querido con todas sus fuerzas y no!… no ha podido).
Tu estás harto/a de tanto humo y yo hoy sólo quiero fuego.
Mira si tienes, porque sé… que lo tienes, a veces al alcance, a veces escondido, pero tienes, seguro que tienes. A veces ha pasado tanto tiempo que no lo usamos, que no recordamos si lo llevamos encima o lo dejamos en el cajón. Ese cajón donde dejamos nuestra actitud y nuestras ganas.
No basta con tener luz, si calienta pero no quema. No basta con tener cerillas reservadas, el tiempo las humedece y no… no sirven para nada.
Yo sólo quiero fuego…y si tienes llama perfecto!. Y si no… toca volver a crearlo … hacerlo de nuevo. Si tienes la chispa no te costará y si no la encuentras, recuerda. Recuerda cuando eras llama. Quizás nos cueste trabajo y tendremos que dedicarle tiempo, habrá momentos que la rutina con disfraz de cansancio te grite que abandones. Pero … no vengo a venderte humo, hoy sólo quiero fuego, no te diré que lo harás porque eres bueno, ni eres grande, ni eres lo que quieras llegar a a ser…lo harás porque ya lo has hecho otras veces, porque sabes hacerlo.
Anda, mira a ver… si tienes fuego.