Deprisa, deprisa… así pasamos los días.Vamos deprisa, pero ¿a donde?. Posiblemente a ningún sitio, o quizás a algún lugar al que una vez allí seamos conscientes que era un sitio al que no queríamos ir.
El aquí y el ahora es lo único que tenemos, lo único que tocamos y que sentimos, es lo real. ( no me refiero al Carpe diem del exceso, sino a ser consciente del momento). El pasado no existe! no lo puedes cambiar, el futuro no existe! porque cuando llega es presente, con lo cual centrémonos en lo único cierto, el presente!.
El día que menos lo esperas, la realidad te devuelve de pies a la tierra, te hace preguntarte que deberías estar haciendo ahora en vez de lo que estas haciendo. Y es ahí donde comprendes que a veces no necesitas una palmadita en la espalda sino una «bonita y potente» patada en el culo.
La semana pasada asistí a la mejor master class de mi vida. y no, no la impartió un gurú del cambio, ni un coach personal ni ningún especialista en motivación. La clase magistral me la dió una chica que asistió al itinerario formativo que yo mismo impartía sobre inteligencia emocional aplicada al empleo.
Tengo muy claro, que tener como premisa que la vida es injusta es una de las claves para poder empezar a crecer. pero hay casos en que el destino se ceba sin piedad con algunas personas.
Con alguien que pone pasión en aquello que hace, no se puede competir. Sea quien sea tu «rival» no dejas espacio, porque lo llenas, porque ese espacio es tuyo.
¿Que te podía enseñar mi presentación sobre compromiso?. A ti, que tienes uno con la vida.
Que frase puede describir mejor la actitud positiva, que el huracán que sopla en tu mirada.
Quien puede dibujar mejor que tú la magia de priorizar. Tu, que le ganas horas a los días, minutos a las horas, y paras el tiempo con tu sonrisa.
Gracias por esta lección que nos has dado, un beso grande!!
(Siendo como eres, superarás todas las selecciones de personal que te proponga la vida.)